Desde hace cuatro años los exalumnos de 1989 del Colegio Cafam tenemos religiosamente una cita puntual para reunirnos y recordar muy agradablemente como ha sido nuestro transcurrir en este tiempo desde que nos tocó afrontar la graduación del bachillerato hasta hoy.
No podía dejar pasar esta fecha sin hacer una reflexión adecuada acerca de ese año puntual, tantas cosas que pasaron y que significaron cambios trascendentales de índole político, social y económico no solo para Colombia sino para el mundo y que han determinado el rumbo de estas dos últimas décadas .
Escribiendo estos párrafos me llegan a la cabeza tantos recuerdos agradables y desagradables que marcaron la madurez de una generación perdida entre los yuppies de los 60´s y 70´s y la generación x y y de los 90´s, aún hoy el recuerdo del asesinato de Galán y las bombas del Das y del Avión de Avianca retumban en mi cabeza, como mis padres lloraban con el magnicidio ínfame del prohombre y el cambio de posta obligada dado por Juán Manuel en su discurso del Cementerio Central que recordaremos quizás hasta el fin de nuestros días. Recuerdo como en Santa Isabel salimos corriendo pensando que la bomba del Das había sido cerca a la casa y el horror cuando fui a los dos días a la 19 y el cráter y el olor a quemado todavía se notaba en las cuadras contiguas a la tragedia. Como no recordar el sombrero blanco del Comandante Papito y mi primera votación por el M-19 (solo por rebeldía).
En el Colegio nos evacuaron dos veces por que existía amenaza de bomba gracias a Don Pablo Escobar quién cubrió de terror a nuestra generación incluso bien entrados los años 90´s, las amenazas de envenenar el acueducto, las grandes mansiones expropiadas al cartel de Medellín, es que Andrés López se ha quedado corto en homenajear a esta generación de la Guayaba, afrontamos una época siniestra, y para colmo a casi todos nosotros nos tocó a pulso sacarla adelante, nuestros padres bordeaban los 40 años y estaban en plena étapa productiva ¿entonces con quién nos dejaban?, CON NADIE la de ellos había sido la generación de la liberación feménina y del partir de casa así que nuestros abuelos vivían solos y se estaban adaptando a estar así. La Calera y la Zona Rosa, Masai y Cañabrava o Cajicá eran los sitios que nos gustaba frecuentar y como no existía el celular, ah perfecto pretexto para quedarnos en la casa de la novia o madrugar a coger bus después de una fiesta.
Que nostalgia me embarga cuando recuerdo esa última celebración que nos dio Millonarios con la 13ava estrella y la correspondiente maizenada en el carulla de la 85 y por toda la quince.
Los hombres G, Compañía Ilimitada y el zoológico y don Fulgencio.
Queridos amigos del Colegio estaré siempre listo a reunirme para continuar recordando con alegría y respeto aquel año crucial para nuestra historia presente y que personalmente para mi significó un cambio de mirada y expectativas diferentes hacia el futuro.
Por eso abajo el Muro y Arriba la Perestroika
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